El pasado sábado 15 de junio nos dimos una vuelta por el Parque Guanajuato Bicentenario para participar en la tercera edición del LTDO. Un festival creado y pensado para satisfacer a los habidos oídos de la juventud abajeña.
Que, en la celebración para soplar su tercera velita, se topó con un sinfín de opiniones negativas y/o positivas por la propuesta de un cartel: independiente, fresco, joven e incluyente. Y no conforme con ello se sumó el bullying y sombra amenazante de nuevos festivales que llegan al bajío, sin embargo, el LTDO llegó y aquí les cuento un poco de lo nos tocó vivir.
De entrada, nos tocó el recibimiento de una seguridad áspera, ordinaria, obstinada y con un poco entrenamiento o sensibilidad para tratar a las personas. Y entendemos que es personal ajeno a los organizadores, sin embargo, ustedes deberían crear protocolos y supervisar que sean respetados, para evitar que los guardias de entrada se pongan más intenso que policías de la CDMX en el Vive Latino… Y no estoy hablando de ser flexibles en quebrantar su reglamento de entrada o mucho menos de meter algo ilegal, me refiero simplemente en tratar a las personas con dignidad y cortesía.
Pero bueno… ya adentro del parque y con cerveza en mano para enjugar los malos sabores de boca nos dimos cuenta de que: continuando con un ritmo decreciente (el cual esperemos haya terminado) el LTDO ocupó solo la mitad del Parque Guanajuato Bicentenario. Así que todo ocurrió en digamos, un espacio más íntimo con evidentemente consecuencias positivas y negativas.
De las cosas negativas que competen a Xoconostle, nos gustaría mencionar la poca variedad de opciones gastronómicas. Ya que en las ediciones pasadas nos acostumbraron a una bonita y nutrida zona de Food Trukcs, que ofrecía variadas opciones gastronómicas ideales para cargar y recargar pila a lo largo del evento… pero sobre todo para darle gusto a nosotros, los de paladar quisquilloso.
Y la verdad es que existen muchas formas de resignarte a una mala comida, pero sin duda, nuestra favorita es refugiarnos en el alcohol. Llegamos entonces a las barras para conocer su variedad de bebidas (tequila, ron, whisky, Ginebra) pero nos inclinamos por una ginebrita (Bombay) para mitigar el terrible y super matón calor del Parque Bicentenario que nos aqueja a los que llegamos temprano para disfrutar de todas las experiencias del LTDO.
Ya bien entusiasmados por un refrescante Bombay, nos rompieron el corazón explicando que, simplificar las cosas acotaron sus mezcladores a tres: agua, coca y fresca, ya sé que sonamos bien hater, pero entiendan ni limones había.
La solución fue fácil bomabay, agua y un mini-mini toque de fresca, pero la intención de mencionar todo esto es para pedirle a los organizadores hagan un poco de conciencia y entiendan que existimos muchas personas que asistimos a este tipo de eventos: sí por la música, sí para conocer nuevas propuestas, pero también para vivir y disfrutar toda la experiencia.
Y si no es razón suficiente para cuidar los detalles en un festival musical con un estilo “más íntimo” como lo definimos con anterioridad, es oportuno mencionar que hablamos con muchas personas y nos comentaron la enorme cantidad de cortesías y hasta reventa de ellas, razón por la cual sería bueno apostar a mejorar la calidad de los servicios para incrementar el margen de ganancia.
Finalmente le decimos que nos gustaría seguir escuchando del LTDO, así que les mandamos buenas vibras y confiamos podrán solucionar sus problemas para seguir adelante.