Esta semana hablaré sobre «El Abue», un restaurante ubicado en el interior del Casa Museo Gene Byron; establecido en Santa Ana, una Ex Hacienda de Beneficio que data de finales siglo XVIII, comprada, restaurada y habitada a finales de los 50s por la artista canadiense Gene Byron y su esposo Virgilio Fernandez.
Hoy en día además de museo, funge como un centro cultural en el cual se imparten talleres artístico, artesanales, conciertos, exposiciones y recientemente servicios gastronómicos.
Respecto al Lugar
La hacienda por si sola es un escenario interesaste y atractivo. El espacio que fue destinado a restaurante tiene una decoración sencilla y bohemia que combina bien con el reto de la construcción, sin embargo veo necesario que inviertan un poco más en mejorar el mobiliario y la cristalería, los cuales cuentan con una apariencia bastante gastada.
Respecto a la comida.
Bueno cuando llegas al Abue te anuncian dos cosas: 1. Todavía no tienen carta y 2. El restaurante forma parte del movimiento Slow Food, en el cual se promueve el uso de ingredientes orgánicos o frescos y platillos preparados al instante, es decir cero conservadores y cero congelados, algo que sin duda creo grandes expectativas.
A la hora de pedir nuestra comida, nos dieron a escoger entre ensaladas, pastas, hamburguesas o bagels (Me parece que hay un menú diario, pero ese día ya se había terminado).
Yo pedí una pasta carbonara con sabor y presentación nada extraordinaria, porción no muy grande pero adecuada para el precio, mis acompañantes pidieron hamburguesas con las mismas características de mi pasta. Reconozco que era evidente la frescura de los ingredientes pero en general la comida andaba medio gris, sin embargo al final llego una rayo de luz que ilumino la mesa, unos rabioles dulces que le devolvieron la esperanza a El Abue, lugar al que planeo regresar pronto pero esta vez a desayunar (me han dicho que es fuerte).